El BDSM es mucho más que despojar a la sumisa de sus ropas y de darle unos azotes. La sumisa no solo se desnuda físicamente, sino también mental y emocionalmente. Es una relación de confianza, transparencia y devoción.
Años de experiencia, me han permitido conocer los instintos de las mujeres y sus preferencias. No son un secreto para mí.
Antes de tener nuestra primera sesión, necesito hablar largo y tendido con la aspirante a sumisa, sobre diferentes temas (preferencias, gustos, límites, desarrollo de las sesiones, etc.) y para conocer tu mente en profundidad. Una mujer no se convierte en sumisa mía del día para la mañana. Antes debo conocerla y desnudar su mente.
Siempre aplico lo que Amos y Dominas llamamos el Protocolo SSC (Seguridad, Sano y Consenso). Es decir, nunca voy a hacer nada que la sumisa no esté dispuesta a hacer ni se haya consensuado previamente. Tampoco se realizara ninguna práctica o castigo que pueda poner en peligro la vida o la integridad física o emocional de la sumisa, especialmente con mujeres que quieran iniciase.
